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120_____________________________________________CRISTIAN SANCHEZ Cuerpos ardientes, a través de un humor impecable, resucita con éxito el mito fascinante de la mujer lujuriosa y fatal que alimenta los más entrañables ensueños de destrucción erótica. [7o. Festival Cineuc, Universidad Católica de Chile, Oficina de Extensión Prorectoría, enero 1983] EL IMPERIO DE LAS PASIONES (Nagisha Oshima, L 'empire de lapassion /Ai no borei, 1978) Oshima fue lanzado como el "Godard" japonés, por la Shochiku. Abandon ó la citada compañía en 1960, al ser retirada de circulación, a tres días del estreno, Noche y niebla en el Japón. Fundó su propia compañía, la Sozosha, que comenzó su actividad en 1965, con Los placeres. En 1973 fue disuelta, debido a graves problemas económicos, tras producir todos los filmes de Oshima realizados entre ambas fechas. Oshima adquiere notoriedad en Europa, luego que su filme El imperio de los sentidos fuera prohibido en Japón. En julio de 1 976, la policía secuestra el libro El imperio de los sentidos en el que se publicara el guión del filme, acompañado de fotos del rodaje. Oshima y el editor del libro son acusados de obscenidad y llevados a los tribunales. En diciembre de 1979, tras dos años de procesos y veintitrés sesiones del tribunal, son declarados inocentes. Dice Oshima: "Desde el momento en que El imperio de los sentidos fue prohibido en Japón, se convirtió en una película perfectamente pornográfica". De algún modo la obra de Oshima parece propicia al escándalo en su propio país, desde la censura impuesta a Noche y niebla en el Japón en 1960, ha sufrido la marginación y la persecución, debido a su carácter eminentemente trasgresor. Moviéndose alrededor de dos polos, el sexo y la política, Nagisa Oshima, ha realizado en sus películas una fecunda investigación de indiscutible radicalidad sobre la realidad de su momento. Y quizá sea esta radicalidad y esta trasgresión, esta conciente negativa a ser fácilmente consumido, la que pese a los "escándalos", han confinado al cineasta al ghetto y la marginación. Y no es casual que su único éxito de taquilla, El imperio de los sentidos , lo sea también en un indisimulado ghetto: el reservado al cine pornográfico. El más allá pornográfico Si el mismo Oshima declara que sus filmes El imperio de los sentidos y El imperio de las pasiones son deliberadamente pornográficos, lo hace en la medida en que quiere recusar, desde el interior mismo, el concepto en que lo pornográfico se sustenta. Liquidando su condición de posibilidad, lo pomo se liquidaría por su propio peso, liberando en su caída, una amplia zona de la experiencia humana: el amor sexual, los malentendidos en que nuestra civilización está interesada. Y el problema de fondo es el siguiente: "¿No reside la pornografía en el hecho de mostrar aquello que aunque el hombre arde en deseos de ver permanece escondido?". "Lo esencial de la pornografía reside quizá en el hecho de hacer creer que muestra, de sugerir algo escondido". "Los seres humanos que, sin dejar de ver, reprimen ese COMENTARIOS SOBRE FILMES_____________________________________12_1 deseo, experimentan la obscenidad". De hecho, en El imperio de los sentidos, Oshima parte por satisfacer de entrada esa mirada obscena, para agotarla casi en seguida y dirigirla hacia la zona de verdadero interés: la tierna y violenta pasión sexual de Abe Sada y Kichizo. De este modo todo el dispositivo imaginario del filme se orienta a este más allá de lo pornográfico, que no es otra cosa que el amor humano, rebasando la experiencia del acto sexual en su demostración física (expediente de fondo del porno en sus diversas variaciones y combinatorias). Pero esta experiencia humana del amor en un sentido tan único y absoluto (que aparece como la verdadera realización del Amor loco de Breton) hace también del amor una experiencia límite donde la muerte y la destrucción acechan a los amantes y donde finalmente perdido ya todo...

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