Diálogo

Walkins bienvenidos Sin planes para una mañana airosa y nublada, oscilo entre la resaca, el desconsuelo y el pavor de una contraseña olvidada. Me alzo ataviado con una rigurosa realidad. La amargura afianza los deseos donde me gustaría estar.

Me rasco el cuello con una tarjeta de crédito sin fondos: revisando el tutorial para miserables, me percibo único, original apuntalado por novedades del mundo fit que no me encuadran.

Pido compasión por haber alterado el orden secreto de las usanzas de mi pueblo. Cada movimiento sonaba a milpa recién desmontada, algo quebradizo; sin más, ya no soy el silbidito de la tortilla que se infla en el comal.

Los nudos que me ataban a la tierra negra y trazaban mis huellas, se desbaratan, el latir de teponaztlis se desvanece sin ecos ni rompeolas que los atajen en esta ciudad plana donde los vientos no se cruzan.

Solo me acompañan mis historias, como un puñado de estrellas muy arriba del lago Michigan. El guardián del manantial sabedor de lo profundo se ha marchado.

Al suspender las emociones los colores se desarticulan, el aburrimiento se estira, un segundo es más largo que el otro. Necesito una terapia para alargar el ensayo de la pedagogía de las caricias.

#GoalDirectedPsychotherapy